¿te bañas al amanecer o antes de irte a la cama? O quizás tú seas de esos individuos que no se duchan todos los días.

La ducha contribuye a quitar de nuestra piel el sudor, la grasa y la suciedad. Estos se van acumulando durante el día, junto a los contaminantes, el polvo y el polen que hay en la atmósfera. Si no te bañas antes de irte a dormir, estos residuos se quedan en las sábanas y en la funda de la almohada. Pero eso no es todo. Tu piel tiene una gran cantidad de vida microbiana. Si aumentas el tamaño de un centímetro cuadrado de piel, verás que contiene entre 10.000 y un millón de bacterias. Se nutren del aceite que tus glándulas sudoríparas secretan. A pesar de que el sudor no tiene olor, los compuestos sulfurosos que generan bacterias como el estafilococo sí poseen olor. Por ende, tomar una ducha antes de irse a dormir puede parecer la alternativa más limpia