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La lucha climática mundial se encuentra en su peor momento desde el Acuerdo de París en 2015, entre la urgencia y la batalla cultural.
A pesar de que el calentamiento avanza rápidamente y las energías renovables y los automóviles eléctricos se desarrollan como sustitutos de los combustibles fósiles, las amenazas del negacionismo trumpista continúan extendiéndose.La humanidad se encuentra en una peligrosa disonancia cognitiva: a pesar de que el calentamiento global avanza rápidamente y no hay lugar en el mundo que se libre de sus devastadores ataques, la lucha internacional contra el cambio climático dentro de las Naciones Unidas está pasando por su peor momento desde hace diez años, cuando se firmó el Acuerdo de París. La gran paradoja es que, debido al progreso de la energía renovable y del transporte eléctrico, el mundo nunca se había encontrado mejor preparado para desplazar a los culpables primordiales de la situación: los combustibles fósiles.Nunca había presenciado una agresividad tan alta contra las políticas frente al calentamiento como la que el Gobierno de Donald Trump está ejecutando en los Estados Unidos y más allá. Tubiana advertía hace poco en una de las muchas reuniones informativas previas a cada cumbre climática anual: "Nos enfrentamos a una batalla cultural e ideológica, en la que el clima está incluido en ese paquete que el gobierno estadounidense intenta vencer".
11/13/20251 min leer


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