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Cómo impedir que los microplásticos presentes en tu cocina sean ingeridos
No los ves, pero están ahí: tu cocina está llena de cientos de pequeñas partículas plásticas. Por ejemplo, en una sartén caliente, estos huéspedes no deseados se licuan y se cuelan en la comida antes de volverse sólidos nuevamente al enfriarse en el plato. Y no solo están presentes: sin que te des cuenta, podrías estar consumiéndolos de manera constante. Estos intrusos que se encuentran en nuestros alimentos son nanoplásticos y microplásticos, es decir, partículas que miden menos de 5 mm o entre 1 y 1.000 nanómetros, respectivamente. Pero, ¿cómo es que llegan a nuestros alimentos? Y en un mundo lleno de fragmentos de plástico, ¿de qué manera podemos disminuir la exposición a estos materiales en nuestra alimentación? Si examinas detenidamente tu cocina, comenzarás a identificar cómo los microplásticos ingresan a nuestros alimentos. Se filtran de la botella de agua de plástico que pones en la mochila de tu hijo, flotan en el té que hay en tu escritorio y se desprenden de la espátula con la que preparas el desayuno. Además, se encuentran presentes en los alimentos que ingerimos, desde la miel hasta las hamburguesas.
10/4/20251 min leer


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